Casa de Vinos en la calle Magallanes 22, en pleno barrio de
Chamberí y al lado de una de nuestras Glorietas preferidas de Madrid, la de
Quevedo, es una delicia de esas que te hacen volver una y otra vez…
La encontré por casualidad junto a mi amiga del alma, esa
sin la que no puedes vivir, esa que siempre está desenado escucharte,
entenderte, oírte, esa que da igual que le cuentes te quieres ir a Alaska,
porque hasta a eso le pone interés, esa con la que he descubierto los mejores
sitios de Madrid, porque todo le gusta, todo le apetece, nunca dice que no,
nunca pone pegas, nunca se disgusta cuando algunos de los descubrimientos que
hacemos no son como esperábamos.
Un sitito cálido, bonito y sencillo, con un toque vintage
que nos fascinó a las dos y con un servicio de los que quedan pocos (por
desgracia; atentos sin llegar a ser agobiantes, cordiales, serviciales, te dan
a probar los vinos para que decidas y son capaces de decirte si las raciones
son suficientes o escasas, cosa que se agradece en los tiempos que corren.
Foto: Felicidad R.Erice |
Foto: Felicidad R.Erice |
Tiene ese tufillo o eso me parece a mí (ya lo descubriré) a
taberna Castellana de las de verdad, de las que el camarero y el dueño saben lo
que ponen y saben aconsejar. Una carta pequeñita pero muy rica, con embutidos
ibéricos y unos quesos zamoranos que hacen del deleite de los que como yo, son
un poco ratones.
No sé si es porque la Tarbena está en “el barrio”, porque la
compañía, tanto la primera como la segunda vez, fui con mis papis, fue
inmejorable o por todo lo que he contado antes… pero los vinitos y las tapas me
supieron a gloria. Y como bien dijo mi padre… “Este sitio es para volver, si se
sigue manteniendo” crucemos los dedos… ahora me queda enseñarlo a otra ronda de
amigas…
¿Por qué, qué mejor que tomarse un buen vino en CASA?