Como hacer un salmorejo cordobés...

Lo primero que tenemos que hacer es Tener ganas de cocinar, si no, nada nos saldrá bien, hay que echarle ganas a la cocina y así además de rico, nos saldrá con salero!!!

Es una receta muy sencilla y es la más típica de Córdoba, situada al suroeste de Andalucía, la que es posiblemente la mejor tierra del Mundo…jejeje, si no del mundo, sí que lo es de España. Es una receta fría y se toma especialmente en verano, aunque el buen cordobés lo toma todo el año, porque nos encanta!!! jejeje! Era de temporada porque los tomates antiguamente eran de verano y es el componente principal de la receta!

Ahí vamos…

Necesitamos tomates, pan, ajo, aceite de oliva, un poquitín de vinagre, huevo duro y jamón serrano. (Normalmente unos 3 tomates grandecitos y una media barra de pan). Esto es para que nos dure un par de días. Ó para tomar entre 4 personas aprox.

Lo importante es el pan, nosotros en Córdoba usamos un tipo de pan especial, se llama telera, pero evidentemente no lo hay en el resto del mundo, así que con pan de pueblo o pan normal, una barra o una bagguette nos valdrá!

Los tomates deben ser para salmorejo, es así, las mujeres van al mercado y dicen” perdone me da tomates para salmorejo?¿?” esto es… que el tomate esté más bien blandito, que no pasado, y se pueda pelar y cortar sin mucho esfuerzo.

Lo primero que hacemos es pelar el pan, es decir, se le quita un poquito de corteza, sí, eso medio doradito que tiene alrededor. Una vez está pelado, lo troceamos a cachitos y se coloca en una fuente. A continuación se le pone un poquito de agua, un poquitín nada más, para que el pan se reblandezca. La medida sería como un cuarto de vaso de agua.

Ahora pasamos a pelar los tomates (para salmorejo), se les quita la piel, para que no salga con pepitas y es muy importante pelarlos encima del mismo pan, porque así el jugo que le sale al tomate, se va empapando en el pan. Una vez están pelados, se parten en 4 trozos. Y dejan encima del pan, para que vaya cogiendo sabor y se reblandezca. Mientras que dejamos que el pan y los tomates se reblandezcan, pelamos un ajo, solo un diente de ajo y troceamos muy pequeñito.

Tengo un truquillo para que no se repita el ajo, y es cortar el culillo y la cabeza, así no amarga tanto las comidas, creo que esto será válido para todos aquellos países que lo usen… pueden probar en sus casas!!!!

Si notamos que el pan y el tomate ya están mojados, y que se ha reblandecido el pan, esto suele durar unos 5-10 minutos, pasamos a echar el tomate, el pan y el ajo a un recipiente donde licuaremos todo.
Antiguamente este proceso se hacía a mano y a eso le llaman los entendidos en salmorejo, Salmorejo Artesano. Porque quedan unos grumitos del pan, que no se ha triturado como si usas una licuadora. A mí personalmente me gusta más bien bien suavito y licuado.

Ahora ya todo mezclado, se comienza a licuar, primero a velocidad lenta porque el pan pesa mucho y puede estropearse la máquina. Si vemos que queda muy espeso, ayudamos con un poquito de agua, como dos o tres cucharadas soperas de agua. (Si vemos que le falta, un poquito más).

Debo decir que esto es algo espeso que se toma con cuchara y en frío, por lo que debe de quedar espesito. No muy muy espeso, pero si un poquito.

Una vez lo tenemos ya medio licuado, a mi me gusta que la masa quede muy muy finita, por lo que a medida que se va mezclando el tomate y el pan le voy poniendo más velocidad para que quede como una crema muy suave. Se le ponen dos cucharadas de aceite de Oliva y se sigue licuando para que todo se mezcle.

Si es de la tierra mejor, ni que deciros que el mejor aceite del mundo está en España y especialmente en la zona de Córdoba y Jaén, es la esencia de todos nuestros platos, el aceite de oliva! 

Volvemos a licuar hasta que quede lisito, a medida que se licua se va probando para ver cómo queda, si vemos que está demasiada blanca la masa, es porque tiene más pan que tomate, así que agregamos medio tomate o un tomate dependiendo de lo que necesite. Es importante que el tono sea rosado, no blanco como el pan. Entonces quedará malo, puesto que sabrá mucho a pan. Cuando casi ha acabado el proceso, se le pone la sal, bastantilla (como medio puñadito) y una cucharada, más o menos, de vinagre. OJO: no echéis mucho porque esto lo que hace es amargarlo.

Acabamos de licuar y se vierte en un cuenco. Si hemos hecho para más de una vez, no pasa nada, lo metemos en el frigorífico y dura entre dos o tres días.  Se aparta y ahora aquí llega la estrella del plato. El huevo cocido que os puse al principio hay que pelarlo y trocearlo encima de la masa, igual que el jamón serrano a trocitos chiquitos encima del Salmorejo!

Ya está listo para tomar… unas cucharitas y un buen vino blanco… Espero que lo disfrutéis!!!!!

Os debe quedar algo así… 






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